El Pan Nuestro de Cada Día.
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El Pan Nuestro de Cada Día.
Proyecto conceptual sobre el mayor vertedero de residuos tóxico radiactivos de Europa:
En la década de los 60, fruto de un proceso de industrialización y desarrollo llevado a cabo en todo el país, se instauró en la ciudad de Huelva lo que vendría a ser uno de los mayores complejos industriales de Europa, EL Polo Químico de Huelva. El proceso consistió en la construcción de un polo químico que daría cabida a fábricas de índole petro-químicas. Lo que en su momento supuso una esperanza en forma de empleo y desarrollo para la población de una provincia subdesarrollada sustentada a través de la agricultura, la ganadería y la pesca, tres décadas después acabó suponiendo una de las mayores amenazas medioambientales en toda Europa.
Tras más de cincuenta años, la actividad de las fábricas situadas en las distintas partes del polo químico de Huelva ha derivado en una senda de problemas socio-ambientales de gran factura. Como prueba, los graves problemas relacionados con la salud de la población del conocido “triángulo de la muerte” (Huelva, Sevilla y Cádiz) donde se da el mayor porcentaje de cáncer por habitante en todo el país, además de la falta de desarrollo de infraestructuras y empleo en la ciudad que albergan, dando como resultado la antítesis del objetivo principal del proyecto en su origen: una industria obsoleta, sin capacidad para llevar a cabo su misión como motor económico y de empleo de la ciudad de Huelva.
Además de la ingente cantidad de datos empíricos que demuestran el problema expuesto anteriormente, tenemos como imagen representativa la balsa de fosfoyesos: el mayor vertedero de residuos tóxicos-radiactivos en Europa. Este se encuentra desde hace años en una tesitura sobre su futura solución, debido a la indiferencia de las administraciones públicas sumisas a las decisiones de los lobby responsables de la problemática y a la falta de respuesta y defensa de la administración pública local, quienes deciden mirar hacia otro lado en lugar de defender el interés de la ciudadanía de Huelva, lo que conllevaría a la retirada de la balsas de fosfoyesos y la búsqueda de un plan alternativo como motor de empleo.
Luis Martínez Conde. -
FOSFOYESO
1200 hectáreas, 130 millones de toneladas de residuos tóxico-radiactivos. -
510 metros es la distancia existente entre la balsa de fosfoyesos y el núcleo urbano de la ciudad de Huelva.
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El mayor vertedero tóxico-radiactivo de Europa está situado entre las desembocaduras del río Tinto y el río Odiel,Reserva de la Biosfera y Parque Natural de las Marisma del Odiel, donde coexisten alrededor de 6000 flamencos, formando la segunda mayor colonia de flamencos de España y la tercera de Europa.
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Anualmente se filtran millones de metros cúbicos de aguas tóxicas a la ría de Huelva.
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El Polo Químico genera para las empresas privadas 11836 millones de euros al año en valor de producción.
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Durante el período 2000-2014 en Huelva murieron anualmente, por cada 100.000 habitantes, 179,83 personas a las que se le habían detectado algún tipo de tumor.
Huelva lidera el ranking de ciudades españolas en mortalidad por cáncer y enfermedad por asma. -
Existen proyectos que ofrecen soluciones reales y solventes a la balsa de fosfoyesos, tales como el proyecto Captura CO2, liderado por los profesores Alberto Santos Sánchez de la Universidad de Cádiz y Luis Mº. Esquivias Fedriani de la Universidad de Sevilla. Sin embargo, un auto de la Audiencia Nacional Prohibe actuar en al zona.
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La única solución propuesta por la empresa responsable bajo la denominación de autorización ambiental integrada es la de soterrar la balsa de fosfoyesos mediante una reforestación de la zona. La Junta de Andalucía ha rechazado esta opción sin exigir otro plan alternativo.
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En la localidad de Flix, en la provincia de Tarragona, durante decadas la empresa Ercross estuvo vertiendo productos tóxicos a los ríos colindantes del Delta del Ebro. Tras una denuncia de la Audiencia Provincial de Tarragona comenzó un proceso de descontaminación de la zona con su correspondiente multa a la empresa responsable¿Quién impide que en el caso de Huelva ocurra lo mismo?
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Mientras tanto, el problema persiste, el riesgo de rotura de las balsas amenaza constantemente al entorno natural, los porcentajes de cáncer y asma siguen creciendo y nadie hace que la empresa culpable asuma su responsabilidad.